¿Sabes hacia dónde vas? Encuentra el camino


Cuanto más claro tengas tu objetivo, más fácil te será alcanzarlo. El problema está en que muchas veces tenemos demasiados objetivos, lo que puede generar confusión y el temor de dejar otros proyectos interesantes que nos surjan al paso, distrayéndonos, lo que podríamos denominar el síndrome del objeto deslumbrante.
El truco está en limitar al máximo nuestros objetivos e intentar que sean sencillos. Eso hace más fácil transmitirlos y mantener la coherencia.
«Si no sabes hacia dónde vas cualquier camino te llevará allí»
Cita que se suele atribuir a Alicia en el país de las maravillas, aunque realmente no es una frase de la obra.
Por ejemplo, cuando creamos 4Networking (una red nacional de desayunos de trabajo), el objetivo primordial era «crear una red nacional», así de claro y sencillo. Eso nos dio la orientación y algo en lo que centrarnos sin limitarnos con plazos o detalles. El mensaje continuó siendo el mismo desde la concepción del negocio hasta que la red se completó en cinco años. Y entonces comenzamos su expansión internacional.
Los niveles secundarios cambian con el tiempo, ya que las necesidades van cambiando, y habría unos objetivos de tercer nivel relativos a los requisitos y detalles que van surgiendo en el día a día. Pero si logramos coordinar estos siempre con el objetivo principal o con unos pocos objetivos prioritarios, muy claros y coherentes, los resultados pueden ser extraordinarios.
Tim Johnson, asesor y mentor de líderes y empresarios, y autor de El libro del éxito
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