Ponte tareas: mantente activo
“Sólo me apetece estar tirado en el sofá viendo la tele…”: ¡No caigas en esa rutina! Es natural y necesario un periodo tiempo de apatía para recuperarse, ya que al principio de esta situación nada nos gusta y estamos enfadados con el mundo. Mens sana in corpore sano: o lo que es lo mismo, un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado. ¡Qué gran verdad! ¡Cómo ayuda hacer cosas! Y si es en beneficio de los demás, resulta gratificante.
Gestiona tu tiempo
Estás en paro pero no parado: hay mucho que hacer. Preocúpate por estar activo y organiza tu tiempo.
Es posible que ahora pases más tiempo en casa y surjan los “Pues ya que…”: “Pues ya que estás en paro, ve a hacer la compra”, “Pues ya que estás en paro, ve a buscar a los niños”. Al responsabilizarte personalmente de algunas tareas, puedes reducir gastos superfluos pero ten en cuenta que necesitas tiempo para hacer tus cosas.
Tú y los que te rodean debéis tomar conciencia de tu nueva situación. Estar en paro es algo temporal. De hecho, ahora vas a empezar a trabajar para conseguir un empleo. Así que debes dedicarle tiempo, organizarte, marcarte un horario, unas tareas, una disciplina.
Escúchate a ti mismo
¿Te sientes mal por el hecho de estar en paro? ¿Crees que podrías haberlo hecho mejor en tu último empleo y así no te habrían despedido? ¿O te encuentras mal por el agobio de estar en casa sin hacer nada?
Estar desempleado es un desafío para la persona que lo vive y su autoestima suele verse dañada. Si notas que no mejora tu autoestima, acude a profesionales. Ellos están ahí para ayudarte. No pasa nada, hay que admitir lo que nos sucede y ponerle remedio.