Expectativas y logros, un equilibrio difícil

No todas las victorias saben igual de bien. Y tampoco sentimos fracasar en todos nuestros fracasos. Los objetivos que nos marcamos a veces son relativamente fáciles y ocurre que cuando hemos llegado a la meta, no nos sentimos absolutamente satisfechos. Sin embargo, cuando las expectativas son demasiado elevadas, la desazón por no poder alcanzarlas suele ser gigantesca.

En efecto, los problemas y satisfacciones que obtenemos durante nuestra trayectoria vital no dependen totalmente de lo que logramos de manera absoluta, sino de las diferencias existentes entre nuestras expectativas y aquello que verdaderamente alcanzamos. No podemos hablar de ninguna manera en términos absolutos. En todos nuestros retos siempre será clave lo que objetivamente vale aquello que deseamos y, cómo no, el esfuerzo que invertimos en cada uno de nuestros propósitos.

La baja motivación de logro

Conviene examinar de cerca esta actitud para detectarla en nuestra organización o en nosotros mismos. Los directivos con baja motivación de logro suelen anteponer sus fines e intereses personales a los de la organización para la que están trabajando. Esto significa que sus aportaciones y logros obtenidos no son en realidad para la empresa, sino para alimentar su necesidad de ser reconocido como líder.

El problema de esta clase de personas es que todo, absolutamente todo lo que esté relacionado con la organización (incluso los miembros de su equipo), debe girar en torno a su necesidad de autoafirmarse. Estamos, sin lugar a dudas, ante un individuo peligroso, con rasgos neuróticos, incapaz de llevar a cabo proyectos que vayan más allá de sí mismo.

La alta motivación de logro

Las personas altamente motivadas son capaces de marcarse metas ambiciosas, pero alcanzables. Se trata, como puedes imaginar, de un perfil completamente antagónico al de las que tienen una motivación baja. Sirven a su puesto de trabajo y son capaces de aumentar su poder e influencia a través de sus logros, pero no a la inversa. Su empeño y dedicación les son recompensados y suelen sentirse a gusto consigo mismas. Tanto es así que disfrutan de los logros conseguidos y esto les permite estar absolutamente abiertas a los retos y proyectos del futuro.

Fuente: Artículo “Motivación y logro en el directivo” de José Medina, para Executive Excellence

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