La periodista que no quería serlo

El caso

A sus 45 años, Raquel estaba en paro y comenzaba a caer en el desánimo. Llevaba dos años buscando empleo sin ningún resultado. Y tampoco lo tenía fácil para encontrarlo: vivía en una pequeña población costera donde no abundaba el trabajo, corría el primer año de crisis y su trayectoria profesional había sido irregular…

Formada en periodismo y con larga experiencia en este ámbito, dejó su carrera para ayudar a su marido en un comercio familiar. Cuando se separaron tras varios años de relación, Raquel  encontró trabajo de administrativa en una pequeña inmobiliaria. La empresa creció y Raquel pudo desarrollarse profesionalmente, pero este proceso se quebró de repente con la crisis: la empresa tuvo que cerrar de un día para otro y Raquel se quedó en paro.

De eso hacía 2 años y Raquel seguía sin encontrar trabajo.

Y un día, de repente, como por arte de magia, a sus 45 años, encontró trabajo de periodista.

¿Cómo acabó encontrando trabajo de periodista?

La respuesta es sencilla. Raquel se encontró por la calle a un antiguo jefe de su época como periodista, él tenía una vacante libre en su revista y no dudó en ofrecerle el puesto: conocía su valía profesional  y confiaba en ella. Raquel no dudó en aceptar: el sueldo estaba bien, la oficina estaba al lado de su casa y tenía buena sintonía con su antiguo jefe. Aquel golpe de suerte volvió a despertarle el gusanillo por el periodismo.

¿Qué errores cometió Raquel en su búsqueda?

Podríamos pensar que Raquel no activó todos los contactos que debía, pues tenía una oportunidad al lado de casa y fue el azar el que la puso en contacto con su antiguo jefe. Pero su primer error fue cerrarse la puerta al periodismo: si no lo hubiera hecho, seguramente se le habría ocurrido contactar con su ex jefe.

Raquel estuvo más de un año apuntándose a ofertas de InfoJobs y el SOC sin ningún resultado.  Lo curioso es que, durante todo ese tiempo, su CV online en ambas plataformas era deficiente (en estos curriculums solo constaba su última experiencia laboral). Curiosamente, su CV en papel estaba impecable pero su curriculum online estaba mal, cosa que Raquel descubrió (también por fortuna) gracias a un amigo.

¿Un simple despiste? ¿Falta de interés? Para mí se trata de un caso claro de falta de adaptación tecnológica

Pero ese es otro tema.