Pensar antes de contestar… y pensar positivamente

Esfuérzate por escuchar y por mantener una conversación lo más distendida y cordial posible.

Aquí tienes algunos consejos que no debes olvidar:

No hables demasiado, ni demasiado poco.

No interrumpas a tu entrevistador. Si quieres hacer alguna pregunta, memorízala o apúntala hasta que la ocasión lo permita.

Responde clara y brevemente.

Cuida tu lenguaje, evita las muletillas y los dejes. Habla lo más calmado y claro posible.

Di siempre la verdad, aunque eso no quiere decir que debas explicarlo todo. Enfatiza aquello que te sitúa en una buena posición.

Si te preguntan sobre ti mismo, destaca tu formación, experiencia y resultado de tus trabajos.

No uses palabras rebuscadas ni respondas con evasivas, dudas o monosílabos.

No esperes demasiado tiempo para responder: puede percibirse como un síntoma de distracción.

Evita utilizar expresiones tajantes como “siempre” o “nunca”.

No te niegues a responder preguntas. Si te hacen preguntas incómodas o inapropiadas, recuerda: puedes responder que, en tu opinión, ese asunto es irrelevante para deducir tu idoneidad para el puesto al que optas. Dilo con seriedad pero no con agresividad. Estas preguntas valoran tu control emocional y cómo eres capaz de resolver situaciones complejas.

Piensa positivamente

Recuerda que la entrevista es consecuencia de la necesidad que tiene la empresa de cubrir un puesto vacante, de encontrar un profesional que lleve a cabo una serie de tareas específicas. Piensa que tú eres la solución a esa necesidad.

Sé optimista y positivo: siempre podrás aprender y mejorar de tu experiencia en las entrevistas.

Muestra entusiasmo por el puesto de trabajo, pero no lo supliques.

No es recomendable que digas que necesitas mucho el empleo. De ser así, en el caso de ser elegido, te restará capacidad de negociación sobre las condiciones laborales, salariales o de responsabilidad.

Evita hablar mal de las empresas en las que has trabajado o de antiguos colaboradores o colegas. Las mismas circunstancias que te hicieron dejar un trabajo pueden explicarse con una historia en positivo y sin criticar a nadie.

Haz preguntas y demuestra interés sobre la empresa, el puesto de trabajo y las posibilidades de promoción o desarrollo de carrera.

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