Generalmente son preguntas complejas que han de solucionarse con una respuesta simple. Para la empresa, estos ejercicios tienen como objetivo conocer los rasgos de la personalidad del candidato y ver su grado de adecuación al puesto ofertado.
La personalidad es un conjunto de características propias que nos hacen especiales y diferentes a los demás, y que nos llevan a tomar una serie de decisiones concretas y a pensar de una manera determinada.
Una prueba sin puntuación
Las respuestas de este tipo de tests no son correctas o incorrectas, son representativas de lo que somos y de aquello que mejor se ajusta a nuestra forma de ser.
En función del puesto requerido se necesitará un tipo de persona u otra. Por ejemplo, un director de ventas deberá tener un rasgo en su personalidad de iniciativa, liderazgo o dominancia. Por otro lado, un perfil de diseñador gráfico podrá necesitar rasgos de perfeccionamiento y creatividad.
No obstante hay rasgos personales que se valoran en todos los perfiles, como pueden ser el sentido de responsabilidad, el optimismo, la sinceridad o la capacidad de superación.